¿Cómo elegir el color de las paredes?
Una de las decisiones más difíciles para algunos pintores aficionados es la elección del color adecuado para cada estancia de la casa. Desde hace tiempo en diseño y decoración de interiores, la tendencia ha sido en apostar y atreverse por las numerosas combinaciones que proporciona el color. De ahí, que a estas alturas ya nadie se extraña de ver un habitáculo, que sobresale por tonalidades llamativas, como por ejemplo un naranja o un amarillo. Pero decisiones tan peliagudas como el color requieren de consejo. Ahí van unos pequeños consejos que arrojan ciertas pistas para seleccionar el color de la forma más acertada.
Si lo que se tiene en mente pintar son estancias pequeñas, es recomendable utilizar colores claros (lo mismos que en la elección de vinilos adhesivos de pared), ya que aportan más sensación de volumen. En cambio, si el habitáculo es grande es aconsejable emplear unos tonos más oscuros para crear un ambiente acogedor. En el caso de los techos sucede lo mismo: tonos claros para techos bajos y tonos oscuros para los altos.
Orientación de los habitáculos
Con todo ello, renovar la pintura de las paredes se presenta como uno de los cambios decorativos más importantes que se pueden llevar a cabo en el interior de la vivienda. Para esta finalidad hay que tener en cuenta varios factores que contribuirán a lograr el efecto deseado.
El destino que se le va a dar a la habitación o su orientación, determina la conveniencia de la utilización de un color u otro. En lo que se refiere a la orientación de cada estancia es recomendable seguir los siguientes apuntes:
- las habitaciones expuestas al Norte requieren la utilización de colores cálidos y luminosos, como pueden ser los terracota.
- las estancias orientadas al Sur conviene pintarlas con tonalidades naturales y frescas, como pueden ser el blanco, azul o verde.
- las habitaciones orientadas al Este lucirán con tonos grises cálidos, cremas y tonos pastel.
- las estancias que miran al Oeste son ideales para los colores fríos.
Marcadas las pautas en función de la orientación, el siguiente paso estará encaminado a valorar la funcionalidad del propio habitáculo, que también implicará la aplicación de una tonalidad determinada.
-Recibidor y pasillo. Son lugares ideales para utilizar colores arriesgados y llamativos, como puede ser el rojo o el verde.
-Buhardillas. Dado su reducido tamaño es aconsejable utilizar colores que le den amplitud, como puede ser el blanco.
-Despacho: La fórmula más aconsejable sería decantarse por colores neutros o las diferentes variedades en tonos pastel.
-Cocinas y baños. Los colores provenzales (son los primarios en su versión más brillante) dan un buen resultado en estas estancias, sobre todo si van acompañadas de muebles de madera de pino y si las paredes son de yeso rústico. El turquesa en el caso de que los muebles sean blancos es una posibilidad muy sugerente.
-Habitaciones infantiles. Permiten la elección de tonos más atrevidos y estimulantes.
-Dormitorios. Las posibilidades son infinitas, pero como son estancias dedicadas al descanso, lo más recomendable es recurrir a los colores relajantes, como los socorridos azules, tonos pastel o terracota.
-Salones y comedores: La variedad es tan extensa, en función de la decoración plasmada, que casi cualquier tono le puede ser propicio.
Hay que recordar que coordinando los colores de las paredes y los del mobiliario se pueden obtener distintos ambientes y efectos en toda la casa. Estos efectos visuales son muy importantes porque, aunque de modo inconsciente, influyen en el estado de ánimo.
Además con una buena combinación de colores se conseguirá que los pasillos largos y estrechos dejen de ser un verdadero problema en la decoración de una casa. Una forma de conseguir que el pasillo parezca más alto de lo que en realidad es, se centra en pintar el techo de un color más claro que el de las paredes, o bien echar mano del socorrido blanco.
Estos apuntes pueden servir de orientación al lector para conocer las pautas que deben seguir a la hora de elegir un color para crear un ambiente, pero finalmente es el gusto del propio inquilino el que debe decidir.
Si lo que se tiene en mente pintar son estancias pequeñas, es recomendable utilizar colores claros (lo mismos que en la elección de vinilos adhesivos de pared), ya que aportan más sensación de volumen. En cambio, si el habitáculo es grande es aconsejable emplear unos tonos más oscuros para crear un ambiente acogedor. En el caso de los techos sucede lo mismo: tonos claros para techos bajos y tonos oscuros para los altos.
Orientación de los habitáculos
Con todo ello, renovar la pintura de las paredes se presenta como uno de los cambios decorativos más importantes que se pueden llevar a cabo en el interior de la vivienda. Para esta finalidad hay que tener en cuenta varios factores que contribuirán a lograr el efecto deseado.
El destino que se le va a dar a la habitación o su orientación, determina la conveniencia de la utilización de un color u otro. En lo que se refiere a la orientación de cada estancia es recomendable seguir los siguientes apuntes:
- las habitaciones expuestas al Norte requieren la utilización de colores cálidos y luminosos, como pueden ser los terracota.
- las estancias orientadas al Sur conviene pintarlas con tonalidades naturales y frescas, como pueden ser el blanco, azul o verde.
- las habitaciones orientadas al Este lucirán con tonos grises cálidos, cremas y tonos pastel.
- las estancias que miran al Oeste son ideales para los colores fríos.
Marcadas las pautas en función de la orientación, el siguiente paso estará encaminado a valorar la funcionalidad del propio habitáculo, que también implicará la aplicación de una tonalidad determinada.
-Recibidor y pasillo. Son lugares ideales para utilizar colores arriesgados y llamativos, como puede ser el rojo o el verde.
-Buhardillas. Dado su reducido tamaño es aconsejable utilizar colores que le den amplitud, como puede ser el blanco.
-Despacho: La fórmula más aconsejable sería decantarse por colores neutros o las diferentes variedades en tonos pastel.
-Cocinas y baños. Los colores provenzales (son los primarios en su versión más brillante) dan un buen resultado en estas estancias, sobre todo si van acompañadas de muebles de madera de pino y si las paredes son de yeso rústico. El turquesa en el caso de que los muebles sean blancos es una posibilidad muy sugerente.
-Habitaciones infantiles. Permiten la elección de tonos más atrevidos y estimulantes.
-Dormitorios. Las posibilidades son infinitas, pero como son estancias dedicadas al descanso, lo más recomendable es recurrir a los colores relajantes, como los socorridos azules, tonos pastel o terracota.
-Salones y comedores: La variedad es tan extensa, en función de la decoración plasmada, que casi cualquier tono le puede ser propicio.
Hay que recordar que coordinando los colores de las paredes y los del mobiliario se pueden obtener distintos ambientes y efectos en toda la casa. Estos efectos visuales son muy importantes porque, aunque de modo inconsciente, influyen en el estado de ánimo.
Además con una buena combinación de colores se conseguirá que los pasillos largos y estrechos dejen de ser un verdadero problema en la decoración de una casa. Una forma de conseguir que el pasillo parezca más alto de lo que en realidad es, se centra en pintar el techo de un color más claro que el de las paredes, o bien echar mano del socorrido blanco.
Estos apuntes pueden servir de orientación al lector para conocer las pautas que deben seguir a la hora de elegir un color para crear un ambiente, pero finalmente es el gusto del propio inquilino el que debe decidir.